(10) David siguió adelante y se engrandeció, y el SEÑOR, Dios de los ejércitos, estaba con él. (11) E Hiram rey de Tiro envió mensajeros a David, y cedros, carpinteros y albañiles; y edificaron a David una casa. (12) Y comprendió David que el SEÑOR lo había establecido como rey sobre Israel, y que había ensalzado su reino por amor a su pueblo Israel.

Cuán delicioso es leer acerca de la grandeza de David, cuando aprendemos al mismo tiempo, que el Señor de David lo hizo así. Fue la misma gracia hacia David, lo que inclinó el corazón de Hiram, rey de Tiro, a ministrar al alojamiento de David. Dulce es esa promesa, y absolutamente segura; cuando los caminos del hombre agradan al Señor, aun a sus enemigos hace estar en paz con él. Proverbios 16:7 , Y aún más en un sentido espiritual, el Señor ha prometido a su amado Hijo, acerca de su pueblo, que hijos de extraños edificarán los muros de su Sion, sus reyes le servirán; traerán las fuerzas de los gentiles, y sus reyes serán traídos.

Isaías 60:10 . Pero lo que le ruego al lector que note particularmente en este relato de David, es que David percibió la mano del Señor en todo su avance. ¡Oh! Lector, ¡qué misericordia fue esta! Fue esta misericordia distintiva la que coronó y endulzó todo. Hay miles en la tierra, rodeados de bendiciones, pero que viven inconscientes de la mano del Señor en los dones.

Y decenas de miles que viven solo para abusar de ellos. No, lector, muchos entre el pueblo del Señor pierden gran parte de la dulzura de sus preciosos dones al olvidar mirar su mano en ellos. ¡Señor! Yo diría, tanto para mí como para el Lector, abre nuestros ojos para ver tus graciosas salidas y como graciosas entradas con tus bendiciones; para que podamos disfrutar a Jesús en sus bendiciones, y todas las bendiciones por su causa.

¡Pero lector! no debemos detenernos aquí en nuestra mejora de esta visión de David. ¿No era David, muy eminentemente aquí, un tipo de su Salvador Todopoderoso? ¿Fue David exaltado por causa de su pueblo, y fue establecido su trono sobre Israel? ¿Y no volará mi fe y volará a la contemplación de ti, Jesús resucitado y exaltado, que eres exaltado a propósito como Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y remisión de pecados? ¡Sí! bendito Señor! ¡Tú eres verdaderamente exaltado, muy por encima de todos los principados y potestades, y poder y dominio! Dios nuestro Padre te ha exaltado hasta lo sumo, y te ha dado nombre sobre todo nombre.

Y amado, bendito Jesús, si así eres exaltado y así exaltado, ¿no sé (porque tú mismo has hablado las palabras) que atraerá a todo tu pueblo hacia ti? No por ti, sino por Israel; porque tu gloria como Dios, uno con el Padre, no podría recibir exaltación ni aumento; pero, por Rey de tu pueblo y Mediador de ellos, el Señor nuestro Dios te ha hecho su primogénito, más alto que los reyes de la tierra. Salmo 89:27 ; Juan 12:32 .

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