REFLEXIONES

¡Bendito Señor! hazme ver que me has elegido para ser uno entre tu pueblo, que me has adoptado en tu familia, que me has santificado por tu gracia, y que soy tuyo en un pacto eterno que no puede romperse: y ayuda que yo viva para tu gloria para que pueda ser distinguido como se distingue a tu pueblo, y entonces viviré para tu alabanza y honor todo el día.

¡SEÑOR! enséñame a aprender de los preceptos de este capítulo, cuán puro y santo debe vivir todo tu pueblo, repitiendo las cosas de afuera. ¡Que nunca me revuelque en esas corrupciones en las que se revuelcan los impíos y carnales! ¡Que sea mi comida y mi bebida hacer tu voluntad! ¿Puedo usar un disfrute moderado de las meras comodidades de las criaturas, pero constantemente tenga en cuenta, y haga por gracia la marca de mi conducta, que el reino de DIOS no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en lo SANTO? FANTASMA.

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