¿No veo a JESÚS en esta escritura? ¿No fue él quien, siendo SEÑOR de todo e igual al PADRE, se despojó de su reputación y tomó forma de siervo? ¿Y no fue JESÚS cuyo oído fue atravesado para ser siervo de JEHOVÁ en la obra de redención para siempre, hasta que todo su pueblo sea llevado a casa a la gloria? ¡Queridísimo SEÑOR! ¡Oh! Comunica a mi alma la gracia incesante, el conocimiento incesante, para que te contemple como alegremente comprometido en el servicio de tu PADRE, cuando lleves a cabo los grandes fines de la salvación.

¡Oh! Dame una porción del mismo espíritu humilde, para que pueda clamar con uno de los antiguos: "En verdad soy tu siervo, soy tu siervo, tú has desatado mis cadenas". Salmo 116:16 .

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