REFLEXIONES

¡DIOS BENDITO! dame gracia para observar, con santo gozo y agradecimiento, los tiempos solemnes de tu nombramiento, en comunicación de tus misericordias. Ciertamente oraría por la dirección del ESPÍRITU SANTO, para observar el mes de Abib, que señalaba a JESÚS, y su único sacrificio todo suficiente, durante todo el año; y dado que CRISTO, nuestra Pascua, es sacrificada por nosotros, yo celebraría la fiesta todo el año.

Y nada menos, bendito ESPÍRITU SANTO, te suplico que derrames sobre mí tu preciosa influencia, para que cada día sea la renovación del día de Pentecostés para mi alma. ¡Oh! para que descendieras como aguaceros sobre la hierba recién cortada, para revivir mi corazón decaído y languideciente, por las comunicaciones fortalecedoras de tu amor. Y mi amado SEÑOR, cuando me presente ante ti en tus atrios y en tu casa de oración, ¡oh! constriñe mi corazón para que no me presente ante ti con las manos vacías.

Pero habiéndome comunicado tanto de tu plenitud, mi hermano más pobre puede participar de mi copa rebosante; y puedo por gracia poder, tanto en lo temporal como en lo espiritual, consolar a otros con las mismas comodidades con las que yo mismo soy consolado por DIOS.

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