REFLEXIONES

EN MEDIO de las diversas mejoras que la lectura de este Capítulo abre a mi vista, bajo la enseñanza de DIOS el ESPÍRITU SANTO, mientras contemplo, como en el caso de los reyes de Sehón y Basán, que los gigantes son como enanos cuando DIOS lucha contra el batallas de su pueblo; y que, mientras salgo con la fuerza del SEÑOR DIOS, haciendo mención de su justicia, la única suya, seré más que vencedor por medio del que me ama: deseo como Moisés, con el ojo de la fe, ver esa hermosa tierra, y aún más especialmente JESÚS, el SEÑOR de ella, que es el mayor Josué, fue antes para tomar posesión de ella en nombre de todo su pueblo.

¡Oh! Tú, SEÑOR de la tierra y del verdadero tabernáculo, que nuestro DIOS ha levantado y no el hombre, concede, por las influencias de tu ESPÍRITU SANTO, que mi alma anhele por siempre, hasta que la fe se realice en visión, por la vista de a ti y a tu gloria. Que mi alma contemple ahora por fe todas las ordenanzas, medios de gracia y toda institución de servicio, señalando a tu Persona y teniendo su consumación en ti; y cuando des la orden para mi expulsión de esta región de sombras, conceda el SEÑOR que pueda despertar a tu semejanza, para estar completamente satisfecho contigo.

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