El lector debe notar bien la incapacidad de Moisés para cruzar el Jordán y la habilidad de Josué. Como la fuerza natural de Moisés no disminuyó, es cierto, su falta de fuerza no fue la causa; tampoco fue el poder personal de Josué la razón de estas cosas. Pero si miramos a Moisés como típico de la ley, y a Josué como típico de JESÚS y su evangelio: entonces vemos cuán imposible fue para la ley traer almas a DIOS, y cuán apropiado es solo el Todopoderoso Josué, para plantar su pueblo en su santo monte. Porque la ley nada perfeccionó; pero lo hizo una esperanza mejor, por la cual nos acercamos a DIOS. Hebreos 7:19 .

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