¡Cuánto evangelio hay en estos versículos! ¡Y cómo en estas edades tempranas se reflejó la gran doctrina de un Mediador, incluso en la dispensación de la ley! ¡Lector! deténgase en la lectura de los miedos y las consternaciones que son tan naturales en una mente culpable. Confíe en ello, en todas las épocas, han sido, y siempre deben ser, lo mismo. Piense entonces, desde este punto de vista, qué cosa preciosa e invaluable debe él, en la hora de los tremendos juicios de DIOS, tener un abogado con el PADRE, JESUCRISTO el justo; y conocerlo y descansar en él, como propiciación segura por nuestros pecados. 1 Juan 2:1 .

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