Sin duda, el Señor fue su guía en este sabio consejo. Y necesitamos mucha gracia para estar siempre en guardia contra los astutos avances del enemigo bajo fingido afecto. El diablo nunca engaña más artísticamente que cuando se transforma en un ángel de luz. Jesús es la totalidad y sustancia del evangelio. La más mínima desviación de él es más para protegerse que todos los atrevidos ataques de infidelidad. Porque esto último es manifiesto, que proviene del diablo; pero el primero no se descubre tan rápidamente.

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