En qué situación tan peculiar de favor divino se encontraba Ezequiel cuando así lo envió el Señor en su ministerio. Cuando terminó su visión en Jerusalén, la visión lo devuelve nuevamente al lugar de donde partió. Y habiendo sido así enseñadas por el Señor esas verdades solemnes, las comunicó a modo de consuelo y aliento al pueblo del cautiverio. Cuán misericordioso es el Señor al hacer que sus siervos ministren en todo estado y en toda circunstancia.

¡Precioso Señor Jesús! ¿no es así ahora? Tanto ángeles como hombres ordenanzas y medios de gracia; todos ministran por tu nombramiento a los herederos de la salvación. Hebreos 1:14 .

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