REFLEXIONES

¡LECTOR! No deje de observar en esta breve epístola, por breve que sea, los maravillosos caminos y obras de Dios. En la familia de Filemón, bajo todos los medios de la gracia, el corazón de Onésimo permanece endurecido, pero después de su partida e infidelidad a su Maestro, la gracia de Dios lo encuentra en otra parte, y el Señor cambia el corazón de piedra en un corazón de carne. ¿Y quién de los redimidos de Dios que no pueda decir lo mismo? Bendito Jesús, tú eres el Hermano nacido para la adversidad. Haz, tú, Señor, recibe todos los tuyos como aquellos por quienes has respondido. Alabado sea el Dios del pacto en Cristo por todas sus misericordias. Amén.

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