Génesis 27:46

REFLEXIONES

Que ningún verdadero creyente en Jesús se desanime jamás por las pruebas que enfrenta, ya que los fieles de todas las épocas se han ejercitado de esa manera. El Apóstol hace de esto una evidencia del carácter cristiano, que nadie debe ser movido por estas aflicciones, ya que (dice él) ustedes mismos saben que estamos destinados a ello. ¡Oh! es dulce ver la sabiduría divina y la fidelidad divina en todas las citas que nos conciernen; y poder decir de cada uno de ellos, como lo hizo Pablo, sé que esto se convertirá en mi salvación, por la provisión del Espíritu de Jesucristo.

Pero, ¡cuán misericordioso es Dios en medio de todas las circunstancias accidentadas de la vida, en el hambre y en la plenitud, para renovar a su pueblo las seguridades inalterables de su amor de alianza en Cristo Jesús! ¡Lector! que sea tu felicidad y la mía vivir de esto cuando todas las provisiones de cisternas de criaturas se hayan secado; y como David, regocíjate en que Dios ha hecho con nosotros un pacto eterno, ordenado en todas las cosas y seguro; y sea ésta toda nuestra salvación y todo nuestro deseo, aunque él no lo haga crecer.

Me gustaría que el Lector, me parece, (como me deseo a mí mismo) busque la gracia del Señor, para aprovechar lo que este Capítulo relata sobre la debilidad de la fe de Isaac, respetando la seguridad de su esposa y de su propia vida. Pobre hombre, si sólo hubiera considerado la fidelidad de ese Dios que le había prometido su seguro favor y protección; no había nada en las circunstancias de su situación que le hubiera dado una verdadera causa de miedo.

Pero consultando con carne y sangre, y sin aferrarse a las promesas de Dios, su confianza en el Señor cedió y cayó en la tentación, el pecado y la incredulidad. ¡Lector! Permítanos que usted y yo lo anotemos entre los memorandos de nuestro corazón, que tal será el resultado seguro en la experiencia de cada creyente, cuando no sea sostenido por la fuerza divina, sino abandonado a la debilidad de su propia mente. Por tanto, tú y yo oremos con el apóstol, para que seamos fortalecidos con todas las fuerzas según su glorioso poder, que es la única fuerza de su pueblo; porque entonces, y no de otra manera, seremos capaces de actuar con fe en las promesas de Dios, con toda paciencia y paciencia, con gozo.

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