Y vivió Adán ciento treinta años, y engendró un hijo a su semejanza, conforme a su imagen; y llamó su nombre Set:

Ruego al lector que observe la particularidad de la expresión, en este verso; Adán engendró un hijo, a su propia semejanza. No a la imagen de Dios, en la que él mismo fue hecho; pero en su propia semejanza, es decir, una semejanza caída, pecaminosa, descolorida.

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