Si el lector mira de cerca lo que se dice aquí acerca de Moab, lo encontrará como una representación adecuada de todo el orgullo y la ostentación de todas las naciones florecientes de la tierra. El orgullo de Moab consistía en sus vinos y lujos; sus fortalezas y ciudades nobles. ¿Y qué es ahora, incluso en la hora presente, entre todos los hombres y naciones carnales? Lo que se dice de Calnah, Hamat y Gat, puede decirse de reinos y de individuos; se acuestan en lechos de marfil y se estiran en sus sofás; se comen los corderos del rebaño, y los becerros de en medio del establo; pero no se entristecen por las aflicciones de José. No conocen al Cristo del Señor. Quitad sus regocijos carnales, y no les quedará nada de qué regocijarse. Amós 6:2 .

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