Las leyes que se dan en este Capítulo, son sorprendentemente introducidas por la autoridad del legislador. Yo soy el SEÑOR tu DIOS. Ese SEÑOR, que por derecho de soberanía debe ser obedecido. Ese pacto con DIOS, que en virtud de la relación tiene un derecho especial sobre Israel. Y observe el lector con qué frecuencia, a lo largo del Capítulo, se repite esta autoridad.

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