Con motivo de la transgresión de este hombre, se aprovecha la oportunidad para repetir algunas de esas leyes que se habían promulgado anteriormente. Y se relata el castigo del hijo de Shelomith. Lector, no cierre el capítulo sin llevarse consigo la conclusión que lleva; que la paga del pecado es, y debe ser, muerte. El alma que pecare, esa morirá. Precioso Redentor! cuán reviviendo bajo todos los pecados y transgresiones de mi naturaleza, por lo que estoy más justamente expuesto a la terrible sentencia; Cuán vivificante es la visión de tu justicia, y el interés de tus redimidos en ella, para que como el pecado reinó para muerte, así reine la gracia por la justicia para vida eterna, por JESUCRISTO nuestro SEÑOR.

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