Con respecto a este milagro, le ruego al lector que observe en particular, que el grito de aquellos hombres fue evidentemente el grito de la fe: ¡por el nombre con el que distinguieron a Cristo, Hijo de David! era el carácter conocido en el que se enseñó a los judíos a esperar a Cristo. Y la apertura de los ojos ciegos iba a ser una muestra de su misión. Isa_35: 5; Isa_42: 7; Isa_61: 1.

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