REFLEXIONES

AQUÍ Lector! Detengámonos antes de descartar esta breve pero sorprendente profecía. ¡Vea cuán atento ha estado el Señor el Espíritu Santo, en todas las épocas, al velar por las preocupaciones de su iglesia! Y por qué piensan ustedes, sino porque todas las Personas de la Deidad están comprometidas en el gran diseño, y cada una encuentra su gloria en la gran salvación. ¡Oh! para que tú y yo, así convencidos del amor y cuidado del Señor por su Iglesia, y de la vigilancia sobre ella, estemos vigilantes también por nuestra parte de ese amor, y nunca, nunca lo perdamos de vista en ninguna de las ocasiones más difíciles.

¿Qué interrumpirá, o qué destruirá este cuidado de Jesús con respecto a sus elegidos? El pecado no lo hará; porque Jesús quitó el pecado mediante el sacrificio de sí mismo. El mundo no lo hará; porque Cristo ha vencido al mundo. La muerte y el infierno no lo harán; porque Jesús ha vencido a ambos. ¡Oh! entonces, hermano mío, escucha la voz de Jesús en cada conflicto que habla a ti ya sus enemigos, como en esta Escritura; he aquí yo estoy contra ti, dice Jehová de los ejércitos. ¡Precioso Señor Jesús! sé tú nuestra fuerza, nuestro escudo y nuestra gran recompensa.

¡Adiós Nahum! ¡Adiós, fiel Elkoshita! Ruego gracia para recordar tus benditas palabras. ¡Hermosos, en verdad, sobre las montañas son tus pies, y los pies de todos los que traen buenas nuevas y que publican la paz!

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