(3) Estos son los jefes de la provincia que habitaba en Jerusalén; pero en las ciudades de Judá habitaba cada uno en su posesión en sus ciudades, a saber, Israel, los sacerdotes, los levitas, los netineos y los niños. de los siervos de Salomón. (4) En Jerusalén habitaron algunos de los hijos de Judá y de los hijos de Benjamín. De los hijos de Judá; Ataías hijo de Uzías, hijo de Zacarías, hijo de Amarías, hijo de Sefatías, hijo de Mahalaleel, de los hijos de Fares; (5) Maasías hijo de Baruc, hijo de Colhoze, hijo de Hazaías, hijo de Adaías, hijo de Joiarib, hijo de Zacarías, hijo de Siloni.

(6) Todos los hijos de Fares que habitaban en Jerusalén fueron cuatrocientos sesenta y ocho hombres valientes. (7) Estos son los hijos de Benjamín; Salú hijo de Mesullam, hijo de Joed, hijo de Pedaías, hijo de Colaías, hijo de Maasías, hijo de Itiel, hijo de Jesaías. (8) Y después de él, Gabai, Salai, novecientos veintiocho. (9) Y Joel, hijo de Zicri, era su mayordomo; y Judá, hijo de Senua, era el segundo en la ciudad.

(10) De los sacerdotes: Jedaías hijo de Joiarib, Jachin. (11) Seraías hijo de Hilcías, hijo de Mesullam, hijo de Sadoc, hijo de Meraiot, hijo de Ahitob, era el príncipe de la casa de Dios. (12) Y sus hermanos que hacían la obra de la casa, ochocientos veintidós: y Adaías hijo de Jeroham, hijo de Pelalías, hijo de Amsi, hijo de Zacarías, hijo de Pasur, hijo de Malquías, (13) y sus hermanos, jefes de familia, doscientos cuarenta y dos; y Amasay hijo de Azareel, hijo de Ahasai, hijo de Mesilemot, hijo de Immer, (14) y sus hermanos, valientes hombres valientes, ciento veintiocho; y su capataz era Zabdiel, hijo de uno de los grandes.

(15) También de los levitas: Semaías hijo de Hasub, hijo de Azricam, hijo de Hasabías, hijo de Bunni; (16) Y Shabbethai y Jozabad, del jefe de los levitas, supervisaban los asuntos exteriores de la casa de Dios. (17) Y Matanías hijo de Micha, hijo de Zabdi, hijo de Asaf, era el principal que comenzaba la acción de gracias en oración; y Bacuquías el segundo entre sus hermanos, y Abda hijo de Samua, hijo de Galal, el hijo de Jedutún. (18) Todos los levitas en la ciudad santa eran doscientos ochenta y cuatro. (19) Además, los porteros, Akub, Talmón y sus hermanos que guardaban las puertas, eran ciento setenta y dos.

El hecho de que los habitantes de Jerusalén fueran considerados dignos de doble honor es evidente por el hecho de que el Espíritu Santo hizo que sus nombres se registraran de esa manera honorablemente. ¡Oh! en verdad es muy valioso estar registrado entre los siervos del Señor.

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