Humildemente concibo en esta protesta de Moisés, y su mención de Aarón de una manera tan humillante: ¿Qué es Aarón para que murmures contra él? que el hombre de DIOS señaló con ello la debilidad del hombre, como para convencerlos de que la aceptación de Aarón no podía ser por nada en sí mismo, sino que debía haber surgido enteramente de la propia voluntad del SEÑOR. No pretendo decir que Moisés vio tanto del evangelio en el nombramiento de Aarón al sacerdocio, que contempló a JESÚS tipificado y representado en cada rito y ceremonia en los que Aarón ministró.

Pero sí me atrevo a creer que Moisés vio lo suficiente en la dispensación, para descubrir que Aarón nunca fue o podría ser aceptado por él mismo y por el pueblo, como consecuencia de ningún mérito o justicia propia. ¿Qué es Aarón para que murmuréis contra él? Como si hubiera dicho, ¿no es este el mismo Aarón que transgredió, en el caso del becerro de oro? Éxodo 32:1 .

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