La conducta de Moisés, al obedecer tan alegremente al SEÑOR, siempre debe ser admirada y aplaudida; y deberíamos desear la gracia para imitarlo. Moisés tenía sus parientes; y naturalmente, sin duda, si al SEÑOR le hubiera gustado, se habría alegrado de haber visto a uno de ellos tomado por su sucesor. Pero la gracia le permitió triunfar sobre la naturaleza; y preferir el honor y la gloria de DIOS a todo interés privado mundano.

¡Lector! que el SEÑOR nos dé gracia para hacerlo en todas las ocasiones menores en las que seamos ejercitados a lo largo de la vida; y decir con los de antaño que preferimos los intereses de Jerusalén por encima de nuestro principal gozo. Salmo 137:6 .

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