Todo el que es soberbio de corazón es abominación al SEÑOR; aunque una mano se junte, no quedará sin castigo. Con misericordia y verdad se limpia la iniquidad, y con el temor de Jehová los hombres se apartan del mal. Cuando los caminos del hombre agradan al SEÑOR, aun a sus enemigos hace estar en paz con él.

Todas estas son verdades más ciertas y solemnes. El último versículo siempre debe estar en el recuerdo del creyente. Somos tan propensos a buscar causas secundarias, que con frecuencia pasamos por alto la primera gran y predisponente causa de todas. Mientras que si recordamos lo que no podemos dejar de saber, que los corazones de todos los hombres están a la disposición del Señor, ni los ceños fruncidos ni las sonrisas de los hombres tendrían más que el efecto que les corresponde.

En prueba de esto, Lector, por favor lea la fe de José en esta ocasión: Génesis 45:4 . Y luego lea el relato de la iglesia al mismo: Salmo 105:25 . Y luego lea las palabras de un mayor que todos, y en la mayor de todas las ocasiones: Juan 19:10 .

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