No tenga tu corazón envidia de los pecadores, sino mantente en el temor de Jehová todo el día. Porque ciertamente hay un final; y tu esperanza no será cortada.

Nada puede ser más concluyente; a modo de fortalecer la fe del creyente, que lo que contienen estos versículos. Cuando consideramos el triunfo transitorio de los malos y la expectativa segura de los justos; esto se vuelve suficiente para apuntalar el alma en todos los ejercicios. Ruego al lector que busque un pasaje muy delicioso en este sentido. Salmo 37:35 hasta el final.

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