¡Lector! Qué hermosa explicación da aquí, por el Espíritu Santo, a la historia de la Iglesia, durante su estancia en Egipto, en relación con el trato riguroso de Israel por parte de los egipcios. El Señor hizo que el corazón de los egipcios fuera tan cruel con Israel. Y por que para que Israel anhelara salir de Egipto; que Israel no pudiera formar alianza con Egipto; y que Israel lo dejara todo para Dios: ¡Dulce lección para mi alma! ¿Me odia el mundo? ¿En algún momento el mundo me trata con crueldad? ¡Oh! precioso Jesús! déjame ver tu mano en la cita.

No son sino segundas causas, meros instrumentos, en todo. ¡Sí! ¡sí! querido Señor, cuando pienso en esto, y leo esta escritura bendita, claramente percibo que no son más que la espada; pero es tu mano la que lo guía. ¿Y no es así, oh! Tú, sabio y amoroso Salvador, haz conmigo como por tu Israel, para que yo pueda anhelar dejar el mundo, no formar alianza con el mundo, sino salir de entre ellos y unirme por completo a ti. Y si por estos medios, por dolorosos que sean para la carne y la sangre, Jesús puede tener y conservar todo mi corazón: ¡oh! ¡Cuán bendito fue así cercar mi camino con espinas!

Os 2: 6-7; 2 Corintios 4:17 ; Apocalipsis 18:4 .

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