Todas estas expresiones militares son adecuadas para el guerrero espiritual. Jesús, el gran Capitán de nuestra salvación, tuvo un conflicto personal con Satanás y, habiendo aprendido de Jehová cómo luchar y vencer, ahora lo está conquistando en y por todos sus miembros. Por tanto, Cristo es nuestro escudo, nuestra fortaleza, nuestra torre; y en su nombre conquistamos: mientras que de Jesús mismo, puede y debe decirse, que lo que el Padre comprometió, el Padre cumplió plenamente y derrotó a todos sus enemigos delante de su rostro, Salmo 89:20 .

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