A los extraños se les desafía a ver si pueden descubrir alguna señal como la ruina, el deseo o la miseria. ¡No! Sion todavía florece y debe florecer y ser una perfección de belleza. Sus ordenanzas, sus atrios, sus palacios; estos son sus baluartes y baluartes; y sobre todo Jesús su rey está en ella.

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