¡Cuán asombrosamente representan estos versículos el estado de los impíos y no regenerados! ¿Qué pueden saber o qué pueden descubrir? Jesús, con toda su belleza, gloria, plenitud, idoneidad y toda suficiencia, no es nada a sus ojos, ni hay ninguna hermosura para que lo deseen. ¡Mi alma! ¡Marque las propiedades de la gracia discriminadora!

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