Y sucederá en aquel día, ha dicho Jehová de los ejércitos, que borraré de la tierra los nombres de los ídolos, y nunca más serán recordados; y también haré que los profetas y el espíritu inmundo para salir de la tierra. 3 Y sucederá que cuando alguno profetizare aún, su padre y su madre que lo engendraron le dirán: No vivirás, porque en el nombre del Señor hablas mentira; y su padre y su madre la madre que lo engendró lo traspasará cuando profetice.

4 Y sucederá en aquel día, que el profeta se avergonzará de todos los de su visión, cuando profetice; ni se vestirán con un vestido tosco para engañar; 5 pero él dirá: No soy profeta, soy yo. un labrador: porque el hombre me enseñó a criar ganado desde mi juventud. 6 Y le dirán: ¿Qué heridas son estas en tus manos? entonces responderá: Aquellos con los que fui herido en casa de mis amigos.

Bajo el lenguaje figurado de las Escrituras, de diversas maneras, en estos versículos, se describen las benditas consecuencias de ser purificados en esta fuente de la sangre de Cristo. Se promete eliminar la idolatría, las profecías falsas y los espíritus inmundos. Y tal será el apego a Cristo, y su interés en el amor a su Iglesia y a su pueblo, que los enemigos del Evangelio, dondequiera que se encuentren o en quienquiera que se encuentren, por cercano o querido que sea, serán repudiados. Deuteronomio 13:6 .

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