• Deuteronomio 28:47

    “Por no haber servido al SEÑOR tu Dios con alegría y gozo de corazón por la abundancia de todo,

  • Deuteronomio 28:48

    servirás a tus enemigos que el SEÑOR enviará contra ti, en medio del hambre, de la sed, de la desnudez y de la falta de todas las cosas. Él pondrá sobre tu cuello un yugo de hierro, hasta destruirte.

  • Deuteronomio 28:49

    El SEÑOR traerá, desde el extremo de la tierra, una nación lejana que se abalanzará sobre ti como el águila, una nación cuyo idioma no entiendas,

  • Deuteronomio 28:50

    gente de aspecto fiero, que no respetará al anciano ni tendrá compasión del niño.

  • Deuteronomio 28:51

    Comerá el fruto de tus animales y el fruto de tu tierra hasta que tú perezcas. No dejará para ti el grano ni el vino nuevo ni el aceite ni la cría de tus vacas ni el aumento de tus ovejas, hasta destruirte.

  • Deuteronomio 28:52

    “Él te asediará en todas tus ciudades, hasta que en toda tu tierra caigan tus murallas altas y fortificadas en las cuales confías. Él te asediará en todas tus ciudades y en toda la tierra que el SEÑOR tu Dios te haya dado.

  • Deuteronomio 28:53

    En el asedio y en la angustia con que te angustiará tu enemigo, comerás el fruto de tu vientre: la carne de tus hijos y de tus hijas que el SEÑOR tu Dios te haya dado.

  • Deuteronomio 28:54

    Aun el hombre más tierno y acostumbrado a los deleites en medio de ti mirará malévolamente a su hermano, a su amada mujer y al resto de sus hijos que queden,

  • Deuteronomio 28:55

    para no compartir con ninguno de ellos la carne de sus hijos que él se comerá. Porque nada le habrá quedado, debido al asedio y a la angustia con que te angustiará tu enemigo en todas tus ciudades.

  • Deuteronomio 28:56

    También la mujer más tierna y acostumbrada a los deleites en medio de ti, que nunca probó asentar la planta de su pie sobre el suelo a causa de su delicadeza y de su ternura, mirará malévolamente a su amado marido, a su hijo y a su hija.

  • Deuteronomio 28:57

    Hasta la placenta que sale de entre sus piernas, y los hijos que dé a luz, se los comerá a escondidas, debido a que faltará todo por causa del asedio y la angustia con que tu enemigo te oprimirá en tus ciudades.

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