• Eclesiastés 10:16

    ¡Ay de ti, oh tierra, cuando tu rey es un muchacho y tus príncipes se festejan de mañana!

  • Eclesiastés 10:17

    Bienaventurada tú, oh tierra, cuando tu rey es un hijo de nobles, y tus príncipes comen a su hora para reponer sus fuerzas y no para embriagarse.

  • Eclesiastés 10:18

    Por la pereza se hunde el techo, y por la flojedad de manos tiene goteras la casa.

  • Eclesiastés 10:19

    El alimento se prepara para disfrutarlo, el vino alegra la vida, y el dinero preocupa a todos.

  • Eclesiastés 10:20

    Ni aun en tu alcoba maldigas al rey ni en tu dormitorio maldigas al rico; porque las aves del cielo llevarán la voz y las criaturas aladas declararán el asunto.

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