• Eclesiastés 9:14

    Había una ciudad pequeña con pocos hombres en ella, y contra ella vino un gran rey y la rodeó edificando contra ella grandes torres de asedio.

  • Eclesiastés 9:15

    Y se encontraba en ella un hombre pobre, pero sabio, el cual con su sabiduría libró a la ciudad. Pero nadie se acordaba de aquel hombre pobre.

  • Eclesiastés 9:16

    Entonces dije: “Mejor es la sabiduría que la fuerza, aunque el conocimiento del pobre sea menospreciado y sus palabras no sean escuchadas”.

  • Eclesiastés 9:17

    Las palabras del sabio, oídas con sosiego, son mejores que el grito del que gobierna entre los necios.

  • Eclesiastés 9:18

    Mejor es la sabiduría que las armas de guerra, pero un solo pecador destruye mucho bien.

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