• Esdras 8:21

    Entonces proclamé un ayuno allí junto al río Ahava a fin de humillarnos en la presencia de nuestro Dios y pedirle un buen viaje para nosotros, para nuestros niños y para todas nuestras posesiones.

  • Esdras 8:22

    Pues tuve vergüenza de pedir al rey una tropa de soldados y jinetes que nos defendieran del enemigo en el camino, porque habíamos hablado al rey diciendo: “La mano de nuestro Dios es para bien sobre todos los que lo buscan, pero su poder y su furor están sobre todos los que lo abandonan”.

  • Esdras 8:23

    Ayunamos, pues, y pedimos a nuestro Dios acerca de esto; y él nos fue propicio.

  • Esdras 8:24

    Luego aparté a doce de los principales sacerdotes: Serebías, Hasabías y diez de sus hermanos con ellos.

  • Esdras 8:25

    Les pesé la plata, el oro y los utensilios, la ofrenda que para la casa de nuestro Dios habían ofrecido el rey, sus consejeros, sus magistrados y todos los que se encontraban de Israel.

  • Esdras 8:26

    Entregué en sus manos veintiún mil cuatrocientos cincuenta kilos de plata, tres mil trescientos kilos de plata en utensilios y tres mil trescientos kilos de oro.

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