• Éxodo 32:20

    Y tomó el becerro que habían hecho y lo quemó en el fuego. Luego lo molió hasta reducirlo a polvo, lo esparció sobre el agua, y lo hizo beber a los hijos de Israel.

  • Éxodo 32:21

    Y Moisés dijo a Aarón: — ¿Qué te ha hecho este pueblo, para que hayas traído sobre él un pecado tan grande?

  • Éxodo 32:22

    Y Aarón respondió: — No se encienda la ira de mi señor. Tú conoces al pueblo, que es inclinado al mal.

  • Éxodo 32:23

    Ellos me dijeron: “Haz para nosotros dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Moisés, el hombre que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido”.

  • Éxodo 32:24

    Y yo les respondí: “Los que tengan oro, que se lo quiten”. Ellos me lo dieron, y lo arrojé al fuego; y salió este becerro.

  • Éxodo 32:25

    Al ver que el pueblo se había desenfrenado, pues Aarón les había permitido el desenfreno, de modo que llegaron a ser una vergüenza entre sus enemigos,

  • Éxodo 32:26

    Moisés se puso de pie a la entrada del campamento y dijo: — ¡Quien esté de parte del SEÑOR únase conmigo! Y se unieron con él todos los hijos de Leví.

  • Éxodo 32:27

    Y él les dijo: — Así ha dicho el SEÑOR, el Dios de Israel: “¡Cíñase cada uno su espada, y pasen y vuelvan, de entrada a entrada del campamento! ¡Maten cada uno a su hermano, a su amigo y a su pariente!”.

  • Éxodo 32:28

    Entonces los hijos de Leví hicieron conforme al dicho de Moisés, y aquel día cayeron del pueblo como tres mil hombres.

  • Éxodo 32:29

    Entonces Moisés dijo: — Hoy se han investido a ustedes mismos para el SEÑOR, cada uno a costa de su hijo o de su hermano, para que él les dé hoy bendición.

  • Éxodo 32:30

    Al día siguiente Moisés dijo al pueblo: — Ustedes han cometido un gran pecado. Pero yo subiré ahora hacia el SEÑOR; quizás yo pueda hacer expiación por su pecado.

  • Éxodo 32:31

    Moisés regresó al SEÑOR y le dijo: — ¡Ay! Este pueblo ha cometido un gran pecado al haberse hecho dioses de oro.

  • Éxodo 32:32

    Pero ahora perdona su pecado; y si no, bórrame del libro que has escrito.

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