• Ezequiel 22:13

    “‘He aquí que golpeo con mi mano a causa de las ganancias deshonestas que has conseguido, y a causa de la sangre que hay en medio de ti.

  • Ezequiel 22:14

    ¿Estará firme tu corazón? ¿Estarán fuertes tus manos en los días cuando yo actúe contra ti? Yo, el SEÑOR, he hablado y lo cumpliré:

  • Ezequiel 22:15

    Te dispersaré entre las naciones y te esparciré por los países. Así eliminaré de ti tu impureza.

  • Ezequiel 22:16

    Fui profanado en ti a vista de las naciones. Y sabrás que yo soy el SEÑOR’ ”.

  • Ezequiel 22:17

    Entonces vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo:

  • Ezequiel 22:18

    “Oh hijo de hombre, para mí la casa de Israel se ha convertido en escoria. Todos ellos — plata, cobre, estaño, hierro y plomo — se han convertido en escoria en medio del horno.

  • Ezequiel 22:19

    Por tanto, así ha dicho el SEÑOR Dios: ‘Ya que todos ustedes se han convertido en escoria, he aquí que por eso yo los junto en medio de Jerusalén.

  • Ezequiel 22:20

    Como cuando se junta plata, cobre, hierro, plomo y estaño dentro del horno, y se sopla el fuego para fundirlos, así los juntaré en mi furor y en mi ira. Allí los colocaré y los fundiré.

  • Ezequiel 22:21

    Los reuniré y soplaré sobre ustedes con el fuego de mi ira, y serán fundidos dentro de ella.

  • Ezequiel 22:22

    Como se funde la plata dentro del horno, así serán fundidos dentro de ella. Y sabrán que yo, el SEÑOR, he derramado mi ira sobre ustedes’ ”.

  • Ezequiel 22:23

    Entonces vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo:

  • Ezequiel 22:24

    “Oh hijo de hombre, di a ella: ‘Tú eres una tierra no purificada, que no ha sido rociada con lluvia en el día de la ira’.

  • Ezequiel 22:25

    Porque en medio de ella hay una conspiración de sus profetas; son como un león rugiente que arrebata la presa. Devoran a la gente, se apoderan del patrimonio y de las cosas preciosas, y multiplican sus viudas en medio de ellos.

  • Ezequiel 22:26

    “Sus sacerdotes violan mi ley y profanan mis cosas sagradas. No hacen diferencia entre lo santo y lo profano, ni enseñan a distinguir entre lo impuro y lo puro. Con respecto a mis sábados esconden sus ojos, y he sido profanado en medio de ellos.

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