• Ezequiel 3:2

    Abrí mi boca, y me dio a comer ese rollo.

  • Ezequiel 3:3

    Luego me dijo: “Oh hijo de hombre, alimenta tu vientre y llena tu estómago con este rollo que yo te doy”. Lo comí, y fue en mi boca dulce como la miel.

  • Ezequiel 3:4

    Entonces me dijo: “Oh hijo de hombre, ve, acércate a la casa de Israel y háblales mis palabras;

  • Ezequiel 3:5

    porque no eres enviado a un pueblo de habla misteriosa ni de lengua difícil, sino a la casa de Israel;

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