• Ezequiel 37:10

    Profeticé como me había mandado, y el espíritu entró en ellos y cobraron vida. Y se pusieron de pie: ¡un ejército grande en extremo!

  • Ezequiel 37:11

    Luego me dijo: — Oh hijo de hombre, estos huesos son toda la casa de Israel. He aquí que ellos dicen: “Nuestros huesos se han secado. Se ha perdido nuestra esperanza. Somos del todo destruidos”.

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