Explicación, estudio y comentario bíblico de Lucas 13:6-24 verso por verso
Entonces dijo esta parábola: “Cierto hombre tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella y no lo halló.
Entonces le dijo al viñador: ‘He aquí, ya son tres años que vengo buscando fruto en esta higuera y no lo hallo. Por tanto, córtala. ¿Por qué ha de inutilizar también la tierra?’.
Entonces él le respondió diciendo: ‘Señor, déjala aún este año hasta que yo cave alrededor de ella y la abone.
Si da fruto en el futuro, bien; y si no, la cortarás’ ”.
Jesús enseñaba en una de las sinagogas en el sábado.
Y he aquí una mujer que tenía espíritu de enfermedad desde hacía dieciocho años andaba encorvada y de ninguna manera se podía enderezar.
Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: — Mujer, quedas libre de tu enfermedad.
Puso las manos sobre ella, y al instante se enderezó y glorificaba a Dios.
Y respondiendo el principal de la sinagoga, enojado de que Jesús hubiera sanado en sábado, decía a la gente: — Seis días hay en la semana en los cuales se debe trabajar. Vengan, pues, en estos días y sean sanados, y no en el día de sábado.
Entonces el Señor le respondió diciendo: — ¡Hipócrita! ¿No desata cada uno de ustedes en sábado su buey o su asno del pesebre y lo lleva a beber?
Y esta, siendo hija de Abraham, a quien Satanás ha tenido atada por dieciocho años, ¿no debía ser librada de esta atadura en el día de sábado?
Cuando él decía estas cosas, todos sus adversarios se avergonzaban. Y todo el pueblo se regocijaba por todas las cosas gloriosas que él hacía.
Por lo tanto, él decía: — ¿A qué es semejante el reino de Dios? ¿A qué lo compararé?
Es semejante a un grano de mostaza que un hombre tomó y sembró en su huerto; y creció y se convirtió en un árbol, y las aves del cielo hicieron nidos en sus ramas.
Otra vez dijo: — ¿A qué compararé el reino de Dios?
Es semejante a la levadura que una mujer tomó y escondió en una gran cantidad de harina hasta que todo quedó leudado.
Jesús pasaba por las ciudades y aldeas enseñando y caminando hacia Jerusalén.
Entonces alguien le dijo: — Señor, ¿son pocos los que se salvan? Y él les dijo:
— Esfuércense a entrar por la puerta angosta, porque les digo que muchos procurarán entrar y no podrán.