• Marco 14:38

    Velen y oren, para que no entren en tentación. El espíritu, a la verdad, está dispuesto pero la carne es débil.

  • Marco 14:39

    De nuevo se apartó y oró diciendo las mismas palabras.

  • Marco 14:40

    Cuando vino otra vez, los halló durmiendo porque los ojos de ellos estaban cargados de sueño. Y no sabían qué responderle.

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