• Marco 2:5

    Y viendo Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: — Hijo, tus pecados te son perdonados.

  • Marco 2:6

    Algunos de los escribas estaban sentados allí y razonaban en sus corazones:

  • Marco 2:7

    — ¿Por qué habla este así? ¡Blasfema! ¿Quién puede perdonar pecados sino uno solo, Dios?

  • Marco 2:8

    De inmediato Jesús, dándose cuenta en su espíritu de que razonaban así dentro de sí mismos, les dijo: — ¿Por qué razonan así en sus corazones?

  • Marco 2:9

    ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: “Tus pecados te son perdonados”; o decirle: “Levántate, toma tu camilla y anda”?

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