Y él le dijo: Si no oyen a Moisés ya los Profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos.

Un extraño cambio se ha producido en el antiguo hombre rico. Antes sólo se preocupaba de sí mismo y de la satisfacción de sus propios deseos, pero ahora, cuando es 'demasiado tarde', recuerda los deberes y bondades que antes debería haber mostrado a sus parientes. El arrepentimiento de los condenados en el infierno puede ser mil veces sincero y comprensivo, ¡pero entonces es demasiado tarde! Una segunda petición que el pobre desgraciado envía al otro lado del abismo.

Él quiere que Lázaro sea enviado de regreso, como un espíritu de la tierra de la muerte, para advertir a sus cinco hermanos, para que no compartan su propio destino terrible. Donde la fe y la creencia han sido desechadas, la incredulidad y la superstición abundan y proliferan. Cuando la Palabra de Dios en Ley y Evangelio ha sido declarada insuficiente para la futura iluminación de un siglo XX, allí el espiritismo, real e imitado, es aclamado como solución y salvación.

Abraham, por lo tanto, le da un poco de información muy necesaria. La antigua sana doctrina, la Palabra escrita de Dios, es la única y segura norma y regla de doctrina y de vida. Moisés y los Profetas eran accesibles a los hermanos, se leían en todas las sinagogas en sábado; que los hermanos busquen allí la verdad, nada más sería necesario. Si los hermanos de aquel tiempo, si el pueblo de nuestro tiempo, no escuchan a Moisés y a los Profetas, si no obedecen la Palabra y no prestan atención a sus lecciones y advertencias, así como a sus amonestaciones y promesas, entonces ya no hay esperanza. .

La Palabra es una lámpara a los pies de todo buscador de la verdad, Salmi 119:105 . Nota: El infierno no es producto de una imaginación enferma, ¡pero el infierno es real! Sus tormentos son terribles: una llama que consume y, sin embargo, nunca destruye; sed que no puede ser aliviada ni con una pequeña gota de agua; la capacidad de ver la bienaventuranza de los santos en el cielo, pero ninguna posibilidad de volverse partícipes de esa felicidad; ninguna liberación o salvación de las torturas del infierno, toda esperanza se ha ido para siempre.

Resumen. Jesús cuenta la parábola del mayordomo infiel y añade varias lecciones para los discípulos y para los fariseos, y relata la historia del hombre rico y de Lázaro, el mendigo.

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