y le dijo: ¿Eres tú el que ha de venir, o esperamos a otro?

Cuando Juan, en su calidad de heraldo de Cristo, lo hubo señalado a sus discípulos por primera vez, dos de los que lo oyeron hablar, siguieron a Jesús, Giovanni 1:37 . En una ocasión posterior, Juan volvió a dar testimonio de Cristo, Giovanni 3:27 , lo que podría haber sido una invitación suficiente para que todos los que lo escucharan se convirtieran en Sus discípulos.

Mientras tanto, Juan había sido encarcelado en la fortaleza Maqueronte, en el sur de Perca, cerca del límite de Moabitis, que, después de Jerusalén, era la fortaleza más fuerte de los judíos, capítulo 14:3. Ya había estado en prisión por algún tiempo, pero parece haber recibido la atención y los servicios de sus discípulos como antes. Estos hombres aún no habían entendido completamente el mensaje de su maestro, pero miraban a Jesús y su obra con ojos más bien celosos y de desaprobación.

Matteo 9:14 ; Giovanni 3:28 ; Luca 7:18 . Le trajeron a Juan un relato de la obra de Cristo, de Su predicación y su efecto, de Sus milagros de sanidad y del asombro de la gente.

Juan mismo, lleno del Espíritu Santo desde su nacimiento, habiendo sido testigo de la revelación de Dios y estando completamente convencido del Mesianismo de Cristo, Luca 3:15 ; Giovanni 1:15 ; Giovanni 3:28 , no tenía dudas acerca de Cristo y su misión.

Pero los pocos discípulos que aún estaban aferrados a él no mostraron ninguna inclinación a dejarlo y seguir al gran Maestro. Por lo tanto, los envió como una delegación con una pregunta definida: ¿Eres tú el que viene, o debemos esperar otro? La referencia era clara para todos los que conocían el Antiguo Testamento, Salmi 40:7 , y tenía la intención de abrir los ojos de los interrogadores.

"Es cierto que Juan propone la pregunta por causa de sus discípulos: porque aún no tenían a Cristo por aquel que debían creer que era. Y Juan no había venido para atraer a sí a los discípulos y al pueblo, sino a preparar el camino para Cristo y traer a todos los hombres a Cristo, haciéndolos sujetos a él... Pero cuando Jesús comenzó a hacer milagros y se habló mucho de él, entonces Juan pensó que despediría a sus discípulos y los llevaría a Cristo, a fin de que, después de su muerte, no se organicen en una secta hereditaria y se hagan juanistas, sino que todos se adhieran a Cristo y se hagan cristianos; y los envió para que aprendieran, no sólo de su testimonio, sino de las palabras y obras mismas de Cristo, que Él era el hombre correcto de quien Juan había hablado".

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