• 1 Corintios 15:36

    Necio, lo que tú siembras no llega a tener vida a menos que muera.

  • 1 Corintios 15:37

    Y lo que siembras, no es el cuerpo que ha de salir, sino el mero grano, ya sea de trigo o de otra cosa.

  • 1 Corintios 15:38

    Pero Dios le da un cuerpo como quiere, a cada semilla su propio cuerpo.

  • 1 Corintios 15:39

    No toda carne es la misma carne; sino que una es la carne de los hombres, otra la carne de los animales, otra la de las aves y otra la de los peces.

  • 1 Corintios 15:40

    También hay cuerpos celestiales y cuerpos terrenales. Pero de una clase es la gloria de los celestiales; y de otra, la de los terrenales.

  • 1 Corintios 15:41

    Una es la gloria del sol, otra es la gloria de la luna y otra la gloria de las estrellas; porque una estrella es diferente de otra en gloria.

  • 1 Corintios 15:42

    Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción; se resucita en incorrupción.

  • 1 Corintios 15:43

    Se siembra en deshonra; se resucita con gloria. Se siembra en debilidad; se resucita con poder.

  • 1 Corintios 15:44

    Se siembra cuerpo natural; se resucita cuerpo espiritual. Hay cuerpo natural; también hay cuerpo espiritual.

  • 1 Corintios 15:45

    Así también está escrito: el primer hombre Adán llegó a ser un alma viviente; y el postrer Adán, espíritu vivificante.

  • 1 Corintios 15:46

    Pero lo espiritual no es primero, sino lo natural; luego lo espiritual.

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