• 1 Samuel 19:3

    Yo saldré y estaré al lado de mi padre en el campo donde tú estés y hablaré de ti a mi padre. Si percibo algo, te lo avisaré.

  • 1 Samuel 19:4

    Jonatán habló bien de David a su padre Saúl, y le dijo: — No peque el rey contra su siervo David, porque él no ha cometido ningún pecado contra ti. Al contrario, sus obras te han sido muy beneficiosas.

  • 1 Samuel 19:5

    Él arriesgó su vida cuando mató al filisteo, y el SEÑOR dio una gran victoria a todo Israel. Tú lo viste y te alegraste; ¿por qué, pues, pecarás contra sangre inocente, dando muerte a David sin motivo?

  • 1 Samuel 19:6

    Al oír Saúl la voz de Jonatán, juró: — ¡Vive el SEÑOR, que no morirá!

  • 1 Samuel 19:7

    Entonces Jonatán llamó a David y le declaró todas estas palabras. Jonatán presentó a David ante Saúl, y David estuvo delante de él como antes.

  • 1 Samuel 19:8

    Volvió a haber guerra, y David fue y combatió contra los filisteos. Él les ocasionó una gran derrota, y huyeron ante él.

  • 1 Samuel 19:9

    Entonces un espíritu malo de parte del SEÑOR vino sobre Saúl. Y estando él sentado en su casa, tenía su lanza en su mano, mientras David tañía con la mano.

  • 1 Samuel 19:10

    Luego Saúl intentó clavar a David en la pared con la lanza, pero David esquivó a Saúl, quien golpeó la lanza contra la pared. Aquella noche David huyó y se escapó.

  • 1 Samuel 19:11

    Saúl envió mensajeros a la casa de David para que lo vigilaran y le dieran muerte a la mañana siguiente. Pero Mical, su mujer, avisó a David diciendo: — Si no salvas tu vida esta noche, mañana estarás muerto.

  • 1 Samuel 19:12

    Entonces Mical descolgó a David por una ventana, y él se fue, huyó y se escapó.

  • 1 Samuel 19:13

    Después Mical tomó un ídolo doméstico y lo puso sobre la cama, acomodándole a la cabecera una almohada de cuero de cabra y cubriéndolo con la ropa.

  • 1 Samuel 19:14

    Y cuando Saúl envió mensajeros para que prendieran a David, ella respondió: — Está enfermo.

  • 1 Samuel 19:15

    Saúl volvió a enviar mensajeros para que vieran a David, diciendo: “¡Tráiganmelo en la cama para que lo mate!”.

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