• 1 Samuel 26:17

    Saúl reconoció la voz de David y preguntó: — ¿No es esa tu voz, David, hijo mío? David respondió: — ¡Sí, es mi voz, oh mi señor el rey!

  • 1 Samuel 26:18

    — Y añadió — : ¿Por qué persigue así mi señor a su siervo? ¿Qué he hecho? ¿Qué maldad hay en mi mano?

  • 1 Samuel 26:19

    Ahora, por favor, escuche mi señor el rey las palabras de su siervo. Si el SEÑOR te ha incitado contra mí, que él acepte una ofrenda. Pero si han sido hombres, sean ellos malditos delante del SEÑOR, porque hoy me han expulsado para que yo no tenga parte en la heredad del SEÑOR, diciendo: “¡Ve y sirve a otros dioses!”.

  • 1 Samuel 26:20

    Ahora pues, no caiga mi sangre en tierra lejos de la presencia del SEÑOR, porque el rey de Israel ha salido para buscar una pulga, como quien persigue una perdiz por los montes.

  • 1 Samuel 26:21

    Entonces Saúl dijo: — He pecado. Vuelve, David, hijo mío, porque ningún mal te haré en adelante, pues hoy mi vida ha sido estimada preciosa ante tus ojos. He aquí que he actuado neciamente y he cometido un grave error.

  • 1 Samuel 26:22

    David respondió y dijo: — He aquí la lanza del rey. Pase aquí alguno de los jóvenes y tómela.

  • 1 Samuel 26:23

    El SEÑOR pague a cada uno según su justicia y su lealtad, porque el SEÑOR te entregó hoy en mi mano, pero yo no quise extender mi mano contra el ungido del SEÑOR.

  • 1 Samuel 26:24

    Y he aquí, como tu vida ha sido valiosa ante mis ojos en este día, así sea valiosa mi vida ante los ojos del SEÑOR, y él me libre de toda aflicción.

  • 1 Samuel 26:25

    Saúl dijo a David: — ¡Bendito seas, David, hijo mío! Sin duda, tú harás grandes cosas y ciertamente triunfarás. Después David continuó su camino, y Saúl regresó a su lugar.

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