• 2 Corintios 3:5

    no que seamos suficientes en nosotros mismos, como para pensar que algo proviene de nosotros, sino que nuestra suficiencia proviene de Dios.

  • 2 Corintios 3:6

    Él mismo nos capacitó como ministros del nuevo pacto, no de la letra, sino del Espíritu. Porque la letra mata, pero el Espíritu vivifica.

  • 2 Corintios 3:7

    Y si el ministerio de muerte, grabado con letras sobre piedras, vino con gloria — tanto que los hijos de Israel no podían fijar la vista en el rostro de Moisés a causa de la gloria de su rostro, la cual se había de desvanecer — ,

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