• 2 Corintios 3:6

    Él mismo nos capacitó como ministros del nuevo pacto, no de la letra, sino del Espíritu. Porque la letra mata, pero el Espíritu vivifica.

  • 2 Corintios 3:7

    Y si el ministerio de muerte, grabado con letras sobre piedras, vino con gloria — tanto que los hijos de Israel no podían fijar la vista en el rostro de Moisés a causa de la gloria de su rostro, la cual se había de desvanecer — ,

  • 2 Corintios 3:8

    ¡cómo no será con mayor gloria el ministerio del Espíritu!

  • 2 Corintios 3:9

    Porque si el ministerio de condenación era con gloria, ¡cuánto más abunda en gloria el ministerio de justificación!

  • 2 Corintios 3:10

    Pues lo que había sido glorioso no es glorioso en comparación con esta excelente gloria.

  • 2 Corintios 3:11

    Porque si lo que se desvanecía era por medio de gloria, ¡cuánto más excede en gloria lo que permanece!

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