• 2 Crónicas 32:15

    Ahora pues, ¡no los engañe Ezequías ni los haga errar de esta manera! ¡No le crean! Porque ningún dios de ninguna nación ni reino ha podido librar a su pueblo de mi mano ni de la mano de mis padres. ¡Cuánto menos su dios los podrá librar de mi mano!”.

  • 2 Crónicas 32:16

    Estas y otras cosas hablaron sus servidores contra el SEÑOR Dios y contra su siervo Ezequías.

  • 2 Crónicas 32:17

    Además, escribió cartas en las que afrentaba al SEÑOR Dios de Israel, y hablaba contra él diciendo: “Como los dioses de las naciones de otras tierras no pudieron librar a sus pueblos de mi mano, tampoco el dios de Ezequías librará a su pueblo de mi mano”.

  • 2 Crónicas 32:18

    Entonces gritaron a gran voz en hebreo al pueblo de Jerusalén que estaba sobre la muralla, para atemorizarlos e infundirles miedo, a fin de poder tomar la ciudad.

  • 2 Crónicas 32:19

    Hablaron del Dios de Jerusalén como de los dioses de los pueblos de la tierra, que son obra de manos de hombres.

  • 2 Crónicas 32:20

    Entonces el rey Ezequías y el profeta Isaías hijo de Amoz oraron acerca de esto y clamaron a los cielos.

  • 2 Crónicas 32:21

    Y el SEÑOR envió un ángel, el cual hirió a todos los guerreros esforzados, a los oficiales y a los jefes en el campamento del rey de Asiria. Senaquerib se volvió a su tierra con el rostro avergonzado. Y cuando entró en el templo de su dios, algunos de sus propios hijos lo mataron allí a espada.

  • 2 Crónicas 32:22

    Así libró el SEÑOR a Ezequías y a los habitantes de Jerusalén de mano de Senaquerib, rey de Asiria, y de mano de todos. Y les dio reposo en derredor.

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