• 2 Reyes 2:16

    y le dijeron: — He aquí, con tus siervos hay cincuenta hombres valerosos. Que vayan ellos y busquen a tu señor; no sea que el Espíritu del SEÑOR lo haya levantado y lo haya arrojado en alguna montaña o en algún valle. Él dijo: — No los manden.

  • 2 Reyes 2:17

    Ellos insistieron hasta que sintiéndose él avergonzado, dijo: — Envíenlos. Entonces enviaron a cincuenta hombres, los cuales lo buscaron durante tres días, pero no lo hallaron.

  • 2 Reyes 2:18

    Cuando volvieron a él, que se había quedado en Jericó, les dijo: — ¿No les dije que no fueran?

  • 2 Reyes 2:19

    Entonces los hombres de la ciudad dijeron a Eliseo: — He aquí, el lugar de esta ciudad es bueno, como lo ve mi señor; pero las aguas son malas, y la tierra es estéril.

  • 2 Reyes 2:20

    Entonces él dijo: — Tráiganme una vasija nueva y pongan en ella sal. Se la trajeron.

  • 2 Reyes 2:21

    Y salió al manantial de las aguas, echó dentro la sal y dijo: — Así ha dicho el SEÑOR: “Yo saneo estas aguas, y no habrá en ellas más muerte ni esterilidad”.

  • 2 Reyes 2:22

    Y así fueron saneadas las aguas hasta el día de hoy, conforme a las palabras que Eliseo pronunció.

  • 2 Reyes 2:23

    Después fue de allí a Betel; y cuando subía por el camino, salieron unos muchachos pequeños de la ciudad y se burlaban de él diciéndole: — ¡Sube, calvo! ¡Sube, calvo!

  • 2 Reyes 2:24

    Volviéndose hacia atrás, los vio y los maldijo en el nombre del SEÑOR. Entonces salieron dos osos del bosque y despedazaron a cuarenta y dos de aquellos niños.

  • 2 Reyes 2:25

    De allí fue al monte Carmelo, y de allí volvió a Samaria.

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