Explicación, estudio y comentario bíblico de 2 Samuel 15:24-37 verso por verso
Y he aquí que también iba Sadoc, y con él todos los levitas que llevaban el arca del pacto de Dios. Ellos asentaron el arca de Dios, hasta que todo el pueblo terminó de salir de la ciudad. Entonces subió Abiatar.
El rey dijo a Sadoc: — Haz volver el arca de Dios a la ciudad; pues si hallo gracia ante los ojos del SEÑOR, él me hará volver y me permitirá ver el arca y su morada.
Pero si dice: “No me agradas”, heme aquí; que él haga de mí lo que le parezca bien.
— Además, el rey dijo al sacerdote Sadoc — : ¿No eres tú un vidente? Regresa en paz a la ciudad, y regresen con ustedes sus dos hijos: tu hijo Ajimaas y Jonatán hijo de Abiatar.
Miren, yo me detendré en las llanuras del desierto, hasta que venga palabra de parte de ustedes para informarme.
Entonces Sadoc y Abiatar devolvieron el arca de Dios a Jerusalén, y se quedaron allí.
Pero David subió la cuesta del monte de los Olivos; la subió llorando, con la cabeza cubierta y los pies descalzos. También todo el pueblo que estaba con él cubrió cada uno su cabeza, y lloraban mientras subían.
E informaron a David diciéndole: — Ajitofel está entre los que han conspirado con Absalón. Entonces David dijo: — Frustra, por favor, oh SEÑOR, el consejo de Ajitofel.
Sucedió que cuando David llegó a la cumbre del monte donde se solía adorar a Dios, he aquí que Husai el arquita le salió al encuentro, con sus vestiduras rasgadas y tierra sobre su cabeza.
Entonces David le dijo: — Si vienes conmigo, me serás una carga.
Pero si vuelves a la ciudad y le dices a Absalón: “Oh rey, yo seré tu siervo; como he sido siervo de tu padre en el pasado, así seré ahora siervo tuyo”, entonces tú frustrarás a mi favor el consejo de Ajitofel.
¿No estarán allí contigo los sacerdotes Sadoc y Abiatar? Todo lo que oigas en la casa del rey se lo comunicarás a los sacerdotes Sadoc y Abiatar.
He aquí que están allí con ellos sus dos hijos, Ajimaas hijo de Sadoc y Jonatán hijo de Abiatar. Por medio de ellos me enviarán información de todo lo que oigan”.
Así Husai, amigo de David, llegó a la ciudad. Y Absalón entró en Jerusalén.