• 2 Tesalonicenses 2:2

    que no sean movidos fácilmente de su modo de pensar ni sean alarmados ni por espíritu ni por palabra ni por carta como si fuera nuestra, como que ya hubiera llegado el día del Señor.

  • 2 Tesalonicenses 2:3

    Nadie los engañe de ninguna manera; porque esto no sucederá sin que venga primero la apostasía y se manifieste el hombre de iniquidad, el hijo de perdición.

  • 2 Tesalonicenses 2:4

    Este se opondrá y se alzará contra todo lo que se llama Dios o que se adora, tanto que se sentará en el templo de Dios haciéndose pasar por Dios.

  • 2 Tesalonicenses 2:5

    ¿No se acuerdan de que mientras yo estaba todavía con ustedes les decía esto?

  • 2 Tesalonicenses 2:6

    Ahora saben qué lo detiene, a fin de que a su debido tiempo él sea revelado.

  • 2 Tesalonicenses 2:7

    Porque ya está obrando el misterio de la iniquidad; solamente espera hasta que sea quitado de en medio el que ahora lo detiene.

  • 2 Tesalonicenses 2:8

    Y entonces será manifestado aquel inicuo, a quien el Señor Jesús matará con el soplo de su boca y destruirá con el resplandor de su venida.

  • 2 Tesalonicenses 2:9

    El advenimiento del inicuo es por operación de Satanás, con todo poder, señales y prodigios falsos,

  • 2 Tesalonicenses 2:10

    y con todo engaño de injusticia entre los que perecen por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos.

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