• 2 Timoteo 1:4

    Me he acordado de tus lágrimas y deseo verte para ser lleno de gozo.

  • 2 Timoteo 1:5

    Traigo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida y en tu madre Eunice, y estoy convencido de que también en ti.

Continúa después de la publicidad